jueves, 15 de noviembre de 2007

Legal Liceitnciado, ¿si o no?

Se levanta temprano, hoy no hay tarea, aunque si hay para luego; voltea a ver un libro que le recomendaron sus amigos, es un libro de Milan Kundera. Piensa en su vida actual y como se ha transformado tanto en los últimos años, como sus prioridades han cambiado. Piensa como muchas cosas llenas de sabor se han vuelto insípidas, como el haberse tomado una cerveza afuera de la escuela le había hecho temblar hasta las piernas. ¿Qué había en ese momento? Toma el libro de Kundera y comienza a leer, se distrae constantemente con la computadora, es el msn, la nueva ágora que sintetiza nuestros pensamientos, donde para mentir no se necesita hacer un esfuerzo extra, solo se escribe y ya quedó. Se pone a pensar que la ciudad creciente donde todo y todos se alejan día a día un poquito más. Lo relaciona con la picazón en el pecho y el dolor al frente de la cabeza por momentos en el día, es como si su cuerpo le hablara para decirle “no se tu, pero yo ya no lo voy a tolerar”.

Ya es tiempo de partir a la escuela, ya no hubo tiempo otra vez, va a hacer entre 25 a 45 minutos en su coche, irá solo, irá escuchando la última tendencia de la moda musical entre sus amigos y él. Decide mejor tomar la bicicleta, empaca a velocidad de tlacuache perseguido los artículos que necesitará para ese día. Avanza por las sucias y harto peligrosas calles, brinca baches, sube banquetas, hasta asusta peatones sin querer. Recorre la ciudad, pasa extensísimos 7 minutos detrás del camión más contaminante del mundo, voltea a ver su playera a ver si no se chamusco por el pinchi humaderal. Llega al destino se baja de la bicicleta decide no ponerle candado. Es el día del iteso, hay un alboroto poco normal en los pasillos. Pronto saluda al Sam, al Ponchito, sigue su camino entre el C y el B, no habla con nadie de lo que va a venir. Encuentra finalmente a Ramiro “alias el Ramero” en las mesitas. Juntos sondean la zona, ubican la dinámica del evento, buscan a los guardias y a quienes puedan darles miedo. Hacen el plan.


El Sub-Leve, el mítico personaje, héroe de los aplastados, naco entre los ricos, güero entre los prietos, prieto entre los güeros, rico entre los pobres, feo entre los guapos y guapo entre las feas, está listo para realizar su próxima hazaña. Le llega la una llamada de urgencia; le hablan de una escuela donde hay gente que tiene chance de entender el futuro. Así que toma una de sus armas, la antorcha, un conito de papel que se quema desde la punta hacia abajo, la cual al quemarse otorga a aquel conciente una lupa extraordinaria para ver la realidad. La prende, sale de su cueva o salón, vestido como siempre pero con un pasamontañas negro, corre con su arma entre dedos. Al igual que el camión que hecha negligencia, desinterés y pobreza, hecha el humo, pero un humo diferente, un humo de sensibilidad, conocimiento y nuevas formas de vida. Le hecha el humo a quien puede, principalmente a los más perdidotes, aquellos que se olvidaron, los que certeramente Michael Ende calificaría como hombres de gris, principalmente algunos profesores de disciplinas como administración, merca, comercio, derecho, y algunas ingenierías; claro está que en toda disciplina hay, pero en esas si son muchos. La gente está desconcertada no sabe como reaccionar, hay quienes entienden instantáneamente y le celebran la liberadora hazaña al Sub-Leve. Hay quienes se quedan totalmente atónitos y no saben si reír o llorar, o en una de esas desmarcarse para ir mear. Y existen otros, los malvados y maniaquisimos “Mora Lisentumi” que en cualquier momento pueden tratar de atacar al Sub-Leve. El corre con una gentileza y belleza que hasta las chamacas dicen” a caray, ha de estar guapillo, pero se ve un poco putin por sus brinquillos raros”; pero no es así, la realidad es que el Sub-Leve viene del futuro donde solo hay un tipo de personas, las felices-autodiseñadas-libres, un futuro que de ser deseado por todos al mismo tiempo aparecería, se reproduciría más rápido que los anuncios de Telmex. El Sub-Leve deja una nube de humo tras de él, pero pronto los “Mora Lisentumi” se percatan de su presencia. Emprenden la persecución tras de el héroe de pocos. Sub-Leve se mete al edificio del CIFS, lo persiguen y llenan la puerta de guardias, parece una encrucijada. Sub-Leve se sube hasta la azotea, de suerte está abierta, sube. La gente abajo sigue la persecución, ahora se ha convertido en un terrorista, “¡baja terrorista!” le gritan los güeros que se ponen su traje de “Mora Lisentumi”. El Sub no se dejará vencer jamás, el Sub tuvo lucidez, supo como taladrar en el sistema para expresar esa idea en su momento, comenzó su lucha con fuego, pero la violencia que entró fulminantemente por sus ojos le forzó a regresar al natural y poco fomentado camino de la paz, a abandonar el odio. El Sub-Leve baja por otra escalera, se mete a un baño, mete todo a una maleta, la clava entre baño y baño, y en un momentito tamaño colibrí sale vestido de investigador del CIFS. Trae en si, su playera de “Mora Lisentumi”, se coloca entre los güeros buscando al Sub-Leve. Les dice, “no va a salir, me cae”. Se desmarca para platicar con sus cuates, vigila sus alrededores y prende otra vez el porro.

animas, don forguet mai friends, todos semos marcos

Pablo “el léfio” Ayala

2 comentarios:

Micro dijo...

dios, me quedo con esta frase:

"donde para mentir no se necesita hacer un esfuerzo extra, solo se escribe y ya quedó".

Neta pasó eso o es una elucubración chaquetera importada de chiapasyork?

Andrés Martínez dijo...

Pabis te amo, besitos, con cariño Andy