lunes, 17 de septiembre de 2007

FE DE ERRATAS

El pasado número tuvimos un problema de edición por lo que el artículo de nuestra compañera Ana Petersen salió bastante mal, pedimos un disculpa pública esperado reparar el daño. Entendido que esta es una publicación joven, rogamos sigan exigiendo calidad en los escritos. Gracias Indigestión

¿Derecho de expropiación?

Por Ana Petersen

La idea, ya descartada, de construir la Villa Panamericana en el Parque Agua Azul me parecía insólita, principalmente porque se perdería un parque importantísimo para la ciudad a la urbanización, el concreto y a la plaga que parece haber de Starbucks, Oxxos y demás cadenas que, aparte de atraer gente de manera masiva, destruyen la autenticidad de la ciudad. La sola idea de tener dentro de un parque, una reserva natural, urbanización e invasión de ese estilo parecía prácticamente absurdo.
De igual manera, una invasión gubernamental a la propiedad privada, como es el caso del Parque Morelos, tiene un trasfondo similar. Ambos casos son invasión de hogares, ya se para animales en el caso del Agua Azul, o personas, en el caso del Parque Morelos, que han hecho de esos establecimientos sus hogares. La única diferencia es que a las personas se les pagaría una indemnización aparentemente un poco mejor que justa y no se les está obligando a dejar sus casas, por lo pronto. No concuerdo con algunas opiniones que dicen que se debería hacer una expropiación formal y obligar a la gente a abandonar sus hogares, si no todo lo contrario. Concuerdo con que tiene que ser un entendimiento mutuo, un contrato justo, entre gobierno y ciudadanía; después de todo, eso es política. La incógnita reside en que, llegado el momento de tomar una decisión, ¿el gobierno seguirá con su postura “blanda”, o recurrirá a ejercer su derecho de expropiación?
Lo que queda claro es que por más plusvalía que se daría a la zona, y por más jugosas las ofertas de la compra de las casas por parte del ayuntamiento, ¿cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a abandonar nuestro hogar, nuestro hábitat, a petición, y con cierta obligación tácita, de una causa un poco ajena a la mayoría de nosotros?