Por Paloma Robles
Como cosa hecha adrede esto de las nuevas tendencias sociales nos invitan a pensar que los malestares ciudadanos así como los trastornos emocionales y mentales tan característicos de nuestra generación, se pueden conjuntar en un fenómeno tan interesante como la vigorexia*.
Por un lado encontramos que es una adicción a la actividad física; los vigorexicos realizan ejercicio físico excesivo a fin de lograr un desarrollo muscular superior a lo normal. Por otro una sociedad inconforme con sus representantes y sus decisiones garrafales a las que responden con sigiloso empeño, al organizarse.
Nuestra ciudad comienza un despertar a un camino poco transitado, ojalá alguien nos hubiera dado clases de ciudadanía, de manifestaciones sociales, de paro de labores. La verdad que los maestros del SNTE todavía no me convencen, en fin si comparamos nuestros sucesos vividos en las últimas semanas podría hacernos alusión al país galo donde cada tercer día alguien se manifiesta, no por nada han rechazado cuatro repúblicas y pareciera que no es objeto de encono, al contrario es símbolo de su idiosincrasia. Pero qué decir cuando este tipo de manifestaciones altera el ritmo de las sociedades sin lograr objetivos concretos, sino malestares generalizados de la percepción de los problemas sociales.
Lo cierto es que si la vigorexia es el ejercicio exagerado que ejercita al cuerpo y tonifica los músculos por qué no pensar en la vigorexia (en el estricto sentido del ejercicio), donde sin patologías nos exijamos todos los días a informarnos de las tomas de decisiones de nuestros gobernantes y seamos capaces de decir -NO me parece! Prefiero hacer ciertas acciones en contrapeso al poder fáctico del gobierno y por qué no colgarse de las coyunturas sociales para cambiar los rumbos de las agendas locales en pro de decisiones más acercadas a la ciudadanía.
Breve relato de una Guadalajara Enferma:
Hoy se levantó con una molestia estomacal, decidió vomitar el placazo, por que no refrendazo, el siapazo y de paso las golosinas de media noche llámense Vizcarra y compañía. Voltea al espejo y sigue su molestia la ropa extranjera no le queda, la cara se le hincha, sus pensamientos se distorsionan. En realidad no es gorda solo se imagina que sus caderas son anchas, la imagen refleja un cadáver listo para dar el siguiente paso. Tanto fracaso emocional la ha hecho perder el piso, Esta es nuestra ciudad una pobre enferma mental, acosada por sus tradiciones y obligada a modernizarse a base proyectos no deseados, ojalá en aquellos años de prosperidad le hubieran advertido de las píldoras contra el no olvido, o recomendado las vitaminas que brindan fuerza contra los malos gobiernos. Hoy está acabada, no se sabe cuál es la causa de sus males, todos los días se le presenta un síntoma más, algunos doctores la tachan de hipocondríaca pero la verdad es que la pobre Zona metropolitana de Guadalajara está deprimida.
*La vigorexia es una adicción a la actividad física: los vigoréxicos suelen realizar ejercicio físico excesivo, a fin de lograr un desarrollo muscular mayor de lo normal.
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