Funcionarios mexicanos de distintos cargos, desde niveles federales a estatales manifiestan la necesidad de una política migratoria norteamericana más incluyente. Saben que los 26 millones de mexicanos en EU la necesitan, además reconocen la inminencia de las remesas en nuestra economía (la segunda entrada de dinero al país, 24 mil millones de dólares según Banco Interamericano de Desarrollo). La contrariedad del asunto es que migrantes centro y sudamericanos suelen llamar a su paso por el territorio nacional como “El infierno mexicano”, en alusión al maltrato al que son objeto en nuestro país.
Las 53 quejas por abusos de policías tan sólo en la zona de trenes de Tultitlán en lo que va del 2007, en comparación con el mismo periodo de 2006 en que ascendían a cuatro solamente, son muestra de dichos abusos.
La militarización de las fronteras, es para los migrantes, un obstáculo más en su constante encuentro con autoridades mexicanas; la creación de la Policía Estatal Fronteriza del estado de Chiapas -similar a los agentes norteamericanos que operan en la frontera norte como cazadores de migrantes-, es prueba de ello.
No es inteligente soñar con que los países dejen de controlar la migración, porque no sucederá, lo ideal sería que cada país propiciara oportunidades para sus habitantes. Ante la falta de incentivos de trabajo y vivienda, -realidad constante-, el mínimo de respeto que el gobierno debiría proporcionar, sería el no abusar y atropellar de los derechos de los migrantes centroamericanos que igual que lo mexicanos, buscan oportunidades que México tampoco brinda a su población. 17,6% de la población en México ha migrado de su estado según datos del INEGI.
De acuerdo a cifras de la Fundación Solidaridad Mexicana por ahora el tema migratorio con EU tendrá por lo menos un lapso 2 años más de estancamiento; las elecciones del país vecino definirán si la reforma migratoria avanza o no. La edad promedio de nuestros compatriotas en EU es de 26 años, lo que representa una población con características óptimas para la productividad del país, sumado a que actualmente existen por lo menos 6 mil funcionarios de origen hispano en EU; el tema puede tener un panorama favorable considerando que la política comienza a tener influencia latina. Una victoria demócrata podría considerar estos dos fenómenos tan importantes.
Por lo pronto, en dos años, el gobierno mexicano tiene el reto de lograr un trato más humano con los indocumentados. La reciente noticia de los 12 migrantes centroamericanos que murieron al naufragar frente a las costas de la Zona Huave del Istmo de Tehuantepec, es una alarma triste que puede señalar que ahora los migrantes prefieren peligrar su vida en una lancha, que atravesar el territorio mexicano, convertido en “caza migrantes”.
Las 53 quejas por abusos de policías tan sólo en la zona de trenes de Tultitlán en lo que va del 2007, en comparación con el mismo periodo de 2006 en que ascendían a cuatro solamente, son muestra de dichos abusos.
La militarización de las fronteras, es para los migrantes, un obstáculo más en su constante encuentro con autoridades mexicanas; la creación de la Policía Estatal Fronteriza del estado de Chiapas -similar a los agentes norteamericanos que operan en la frontera norte como cazadores de migrantes-, es prueba de ello.
No es inteligente soñar con que los países dejen de controlar la migración, porque no sucederá, lo ideal sería que cada país propiciara oportunidades para sus habitantes. Ante la falta de incentivos de trabajo y vivienda, -realidad constante-, el mínimo de respeto que el gobierno debiría proporcionar, sería el no abusar y atropellar de los derechos de los migrantes centroamericanos que igual que lo mexicanos, buscan oportunidades que México tampoco brinda a su población. 17,6% de la población en México ha migrado de su estado según datos del INEGI.
De acuerdo a cifras de la Fundación Solidaridad Mexicana por ahora el tema migratorio con EU tendrá por lo menos un lapso 2 años más de estancamiento; las elecciones del país vecino definirán si la reforma migratoria avanza o no. La edad promedio de nuestros compatriotas en EU es de 26 años, lo que representa una población con características óptimas para la productividad del país, sumado a que actualmente existen por lo menos 6 mil funcionarios de origen hispano en EU; el tema puede tener un panorama favorable considerando que la política comienza a tener influencia latina. Una victoria demócrata podría considerar estos dos fenómenos tan importantes.
Por lo pronto, en dos años, el gobierno mexicano tiene el reto de lograr un trato más humano con los indocumentados. La reciente noticia de los 12 migrantes centroamericanos que murieron al naufragar frente a las costas de la Zona Huave del Istmo de Tehuantepec, es una alarma triste que puede señalar que ahora los migrantes prefieren peligrar su vida en una lancha, que atravesar el territorio mexicano, convertido en “caza migrantes”.
1 comentario:
no entiendo cual es el afan de prohibir la migración, deberían de ver sus propias raices y la mayoría tenemos ascendencia de otras partes.
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