martes, 4 de septiembre de 2007

TÉ DE RUDA

Panamericanos…Jugar a la política

Por: Paloma Robles

Los Juegos Panamericanos de Guadalajara se celebrarán del 13 al 30 de octubre de 2011 y serán organizados para que sean una fiesta de América en todos los sentidos, así lo aseguró Carlos Andrade Garín, presidente del Comité organizador hasta hace algunas semanas, antes de que se nombrara al presidente municipal de Guadalajara Alfonso Petersen como titular de éste comité. Ésta fue una de las primeras informaciones oficiales en torno al evento a realizarse en los próximos años (Donde el PAN ha de consolidar el capital social y político suficiente para presentarse victoriosos en las elecciones de 2012). Pequeños datos que con el curso de los días, se han tornado confusos, difíciles, controversiales. Nadie desdeña la importancia de un suceso de dicha magnitud. La “vox populi” califica el hecho y apunta el adjetivo “gran posibiidad” como efecto redentorio, a una larga lista de rezagos locales a superar en esta gran coyuntura.
El municipio tapatío en sus afanes de innovación, ha optado por brindar a los habitantes colindantes al Parque Morelos un improvisado proyecto de desarrollo urbano. Valiéndose de la famosa coyuntura, el municipio pretende reactivar una zona edificando inmuebles habitacionales e invita a la ciudadanía a participar desde un esquema donde la colaboración, se reduce a la burda negociación -a titulo de propiedad- de su patrimonio, ofreciendo una cantidad “exorbitante” de dinero, lo correspondiente a tres veces más del monto comercial de las viviendas. Orillando a los habitantes de la zona a decidir bajo una amenaza silenciosa tipo profeta Zhenli “copelas o cuello”. Dejando asomar la perniciosa nube de la expropiación.
Las actividades del municipio concebidas desde el sigilo, han evidenciado la poca información procurada. Y es que a dos meses de cumplir el plazo establecido por la ODEPA todavía muchos de los vecinos desconocen del proyecto y no han sido visitados por el ayuntamiento.


La incertidumbre en los objetivos nebulosos de dicha política pública, ponen en entredicho el rumbo de la misma y es que por un lado encontramos un municipio que constantemente anuncia la negativa de un plan B así como sus “exitosos avances” (invisibles a nuestro ojos) y por otro lado, una ciudadanía temerosa de negociar lo innegociable. ¿Qué opciones de desplazamiento ofrece el municipio que se equiparen con vivir dentro del primer cuadro de la ciudad?


Los ciudadanos aún no nos convencemos del cómo, no nos hemos apropiado de su proyecto. El municipio, no ha tenido la sensilbilidad para sustentar la importancia de un evento como éste y mucho menos eficiencia en la publicitación del proyecto post-deportivo de reavivar la zona centro por medio de viviendas que serán vendidas a un millón 200 mil pesos.
Así pues la virtuosa “participación” que sustenta nuestros bríos democráticos está siendo usada con el propósito de legitimizar los parcos actos administrativos del municipio. Que no nos asombre, que con tan ineficiente diligencia instituyan verticalmente la posición de expropiar -bajo pretexto de “utilidad pública”- motivada en la falta de cooperación de la ciudadanía. Y después vuelan a privatizar el espacio para poder comercializar los departamentos, jugando así con nuestras voluntades. Y a todo esto ¿Quién pagará la deuda?

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